Jesús sentado miraba
Al pueblo echar su dinero
Al arca de las ofrendas,
Para el servicio del templo.
Miraba a los ricos echar mucho dinero
Con toque de trompeta y espíritu altanero,
Pero una pobre viuda que todos ignoraban
Echó dos monedas de muy poco valor.
Poquito lo que daba, poquito lo que daba,
Pero con mucho amor.
A sus discípulos dijo:
“Esa pobre viuda ha dado
Más que todos los que han visto
Entrando al templo sagrado.
Pues todos han echado de lo que les sobraba.
Alguno presumía y el otro lo alababa.
Pero ella lo dio todo en su humilde pobreza”.
Pues nadie entrega nada si no hay, algo mejor.
Por eso su riqueza, por eso su riqueza
Es el amor de Dios.
Señor, nos miras a todos
Y sabes si somos sinceros:
Si amamos a las riquezas
O tú eres siempre el primero.
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